lunes, 13 de junio de 2011

Elucubración de una loca: "Necesito un partido más"

Sé que muchos subieron a Peinador el día posterior al último partido de esta temporada para transmitirle apoyo a la plantilla. La grandeza del celtismo no tiene estirón final y sigue creciendo más allá de los 88 años que cumple este mes. Pero desde ayer tengo una necesidad. Necesito volver a Balaídos este año, necesito otro partido.

Sé que los jugadores estarán deseando desconectarse ya y pensar en las vacaciones, quizá más de uno también en su futuro. Pero no hablo de un “partido” con todas las de la ley, hablo de un encuentro "de la casa".

Un partido que enfrente a los del primer equipo contra los del B, mísmamente. Sin que ninguno tenga que temer por lesionarse al meter la pierna. Una pachanga familiar.

En temas de calendario sería como no haber sido eliminados del play-off, podría ser este mismo fin de semana, como la propia final de ascenso.

Entrada gratuita y que todos los que quieran puedan ir a volcar el contenido del corazón: agradecimiento, ilusión, orgullo, cariño, pasión… y hacérselo llegar al equipo. No quiero que el final sea la decepción de lo no logrado. Quiero que el punto final sea la satisfacción mutua por haber tenido a estos futbolistas y equipo humano luchando por nuestro escudo. Y que ellos se sientan orgullosos también de SU afición. Igual que nosotros nos sentimos orgullosos de ellos. Un poquito más con cada segundo de juego, un poquito más con cada latido.

Sé que es una estupidez supina pero cada vez que pienso que este año se acabó, que la fecha de caducidad de esta plantilla (como bloque) está fijada… Necesito volver a casa. Una vez más. Y darles las GRACIAS. No sólo por la temporada sino por todo lo que esta plantilla desprendió desde la primera jornada de Liga.
De la ilusión contagiosa de la que nos enfermaron, de las increíbles tardes de fútbol en casa donde sólo habíamos perdido un encuentro hasta muy pasada la mitad de la competición.

Desearía poder arroparles una tarde más.
Pues no se trata de la calidad de una plantilla, sino de lo que esa plantilla representa. Y este año han hecho que sea tan, TAN fácil empatizar con ellos y sentirnos representados 100%. Nuestro sueño era el suyo, nuestras ganas las suyas. Nuestras lágrimas, sus lágrimas.

Fueron (y son) más que mera calidad, fueron creencia absoluta en lo que estaban haciendo y por lo que estaban luchando.
Y es que soy la negatividad personificada y creo que más de la mitad de los jugadores van a ser reclamados por equipos de Primera, porque sé que se merecen jugar ahí. Pero también sé que si pudiera los guardaría a todos y cada uno en una cajita para poder tenerles dentro de unos meses. No cambiaría a esta plantilla ni un poquito, me quedaría con los mismos hombres para luchar por el mismo objetivo la próxima campaña. Pero creo que la familia se va a romper y resquebrajar bastante.

Y por eso necesito volver a ese estadio un día más este año. Un cierre que haga justicia al trabajo y la ilusión desprendida partido a partido. Un cierre para aquella quedada celeste, un cierre para las subidas a A Madroa y Peinador, un cierre para los desplazamientos que muchos hicieron con el equipo por toda la península.

Que es imposible ya lo sé, pero si hay alguien capaz de convertir los imposibles en improbables, los improbables en quizás, y los quizás en hechos… es este REAL CLUB CELTA DE VIGO.

Mouriño, Paco, plantilla, dadnos un día para daros las gracias, para volver a estar unidos en nuestra casa de césped y cemento. 

Sólo un día, sólo una pachanga familiar.
Un último abrazo.
Una despedida como merece esta 2010-11.
Una última oportunidad para que la mano del equipo y la de la afición entrelacen los dedos mientras los ecos “Celta-Celta-Celta…” dan paso al silencio sepulcral del verano, hasta que las gradas vuelvan a ser reclamadas por los que ya desean verle la cara al R.C. Celta de Vigo v.11-12. 

Un abrazo a tod@s y ¡Hala Celta!